Lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados, entre aplausos en pie de los partidos progresistas pero con el PP sentado
El Gobierno reconocerá al Estado de Palestina en el Consejo de Ministros del próximo 28 de mayo. Así lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados este miércoles. «Reconoceremos al Estado palestino por paz, por justicia y por coherencia», ha dicho el presidente, que ha asegurado que defiende la Carta de Naciones Unidas por igual en Ucrania y en Palestina. «[El primer ministro Benjamín] Netanyahu sigue haciendo oídos sordos, sigue castigando con hambre, frío y terror a niños inocentes, hasta el punto de que la fiscalía de La Haya ha pedido su detención por presuntos crímenes de guerra. Llevo meses leyendo mucha información, tanto pública como confidencial, y lo que tengo claro es que Netanyahu no tiene un plan para la paz. Esta generando tanto dolor, destrucción y dolor en Gaza y el resto de palestina que la solución de los dos estados está en serio peligro de ser viable».
Pedro Sánchez durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados. / JOSÉ LUIS ROCA
Noruega e Irlanda también ha anunciado que reconocerán a Palestina como Estado con efectos desde el próximo 28 de mayo, según han anunciado este miércoles el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre y el ministro de Exteriores irlandés Micheal Martin. Con ello, serán ya 12 de los 27 los países de la Unión Europea que lo reconocen y 142 de los 193 presentes en Naciones Unidas. Eslovenia y Malta, que formaban parte del acuerdo forjado por Pedro Sánchez, por el momento no han dicho cuándo lo harán.
LEELO ACA: La inesperada reacción del vocero español cuando le hicieron una pregunta sobre Javier Milei
Este reconocimiento no es «contra nadie», ha dicho Sánchez, y «mucho menos contra el pueblo de Israel» o «contra los judíos», ni «a favor de Hamás, como dicen los propagandistas y también diputados del Partido Popular y de Vox». El presidente también ha defendido de los ataques de algunos líderes conservadores a las acampadas estudiantiles contra el «genocidio» en Gaza porque son, según él, «admirables» y «legítimas».
Íñigo Errejón, por Sumar, se ha felicitado por el reconocimiento pero ha pedido que se haga más, como apoyar a Sudáfrica en su caso por genocidio contra Israel en la Corte Internacional de Justicia y al fiscal general de la Corte Penal Internacional en su petición de orden de arresto contra Benjamín Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Galant
Negociaciones de paz
Pedro Sánchez ha llamado a las partes a sentarse a negociar, para lo que España apoyará a la Autoridad Palestina como “nuestro socio para la paz”. Tanto la Autoridad Nacional Palestina como Hamás se han felicitado por la iniciativa de los tres países europeos. Asimismo, ha pedido actuar en política internacional sin “doble rasero”, equiparando la defensa de los derechos humanos en Palestina igual que en Ucrania. Finalmente, ha señalado la coherencia del Ejecutivo, que lleva defendiendo esta posición para superar el conflicto desde el inicio de la guerra, y que ya manifestó en la ONU con su apoyo a Palestina para convertirse en Estado miembro de pleno derecho.
Israel ha llamado a consultas a sus embajadores en España, Irlanda y Noruega. «Israel no va a quedarse en silencio, y habrá graves consecuencias», ha dicho el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, en referencia a esos dos países.
La decisión del Ejecutivo español de reconocer el Estado de Palestina estaba prevista en un principio para el Consejo de Ministros de este pasado martes, pero se retrasó en aras de cuadrar la declaración con otros países de la Unión Europea para aumentar su impacto diplomático. La intención, por tanto, era realizar el reconocimiento de forma conjunta con Irlanda, Eslovenia y Malta, países junto a los que España firmó una declaración el pasado 22 marzo en la que expresaron su intención de reconocer el Estado Palestino porque «la única manera de lograr una paz y estabilidad duraderas en la región es mediante la aplicación de la solución de dos estados, con los estados israelí y palestino viviendo uno al lado del otro, en paz y seguridad».
El presidente, Pedro Sánchez, apuntó entonces a que ese reconocimiento se haría antes de que terminara el primer semestre del año. Tras ello realizó una gira por varios países en los que también sumó esfuerzos con Noruega. El pasado 12 de abril, Sánchez y el primer ministro del país nórdico, Jonas Gahr Støre, anunciaron en Oslo que estaban «preparados» para dar el paso.
«Estamos de acuerdo en que la implementación de la solución de los dos estados, en la que israelís y palestinos vivan codo con codo en paz y seguridad, es crucial para la paz y la estabilidad en la región. También coincidimos en que el Estado palestino supone un requisito para esta solución», señalaba el documento firmado por los gobiernos de España y Noruega. Una decisión, que anticipaban, se materializaría «cuando pueda traer consigo una contribución auténtica y positiva al proceso político hacia la paz entre Israel y Palestina«.
LEELO ACA: Diana Mondino habló de la crisis con España: “Esto es una anécdota”
Reconocimiento político con consecuencias jurídicas
El Ejecutivo de Sánchez defiende que el reconocimiento es un paso más para tratar de evitar que la destrucción que Israel está provocando en palestina impida de facto la constitución de las estructuras que le faltan al Estado palestino que, ha dicho el presidente este martes, «ya existe», al «contrario de lo que dice José María Aznar»
Cuantos más países reconozcan a Palestina como Estado (ya lo hacen 142 de los 193 de los presentes en Naciones Unidas), mayor será su margen de actuación en la escena internacional. Permite firmar tratados internacionales bilaterales. España podrá, por ejemplo, firmar un Tratado de Amistad con Palestina como ha hecho con Marruecos, Francia o Argelia.
Si esa cadena de reconocimientos impulsara que Palestina finalmente sea admitida como Estado miembro de la Naciones Unidas, adquiriría toda una serie de herramientas diplomáticas y políticas: denunciar las presuntas violaciones de derechos humanos de Israel ante los tribunales de La Haya o entrar en la Organización Internacional del Trabajo, la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, por ejemplo.
El reconocimiento que ha prometido Sánchez de Palestina es un mensaje político fuerte, aunque los cambios diplomáticos serían limitados. En 2010, el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero ya decidió elevar el rango de la representación palestina en España al de Embajada. Desde entonces, su jefe de misión tiene la categoría de embajador. El actual embajador palestino, Husni Abdel Wahed entregó al rey Felipe VI las “cartas credenciales” (en su caso, al no ser un Estado, «un mensaje del Presidente de Palestina») en la misma ceremonia oficial a la que acude el resto de los embajadores, con la pompa y boato del Palacio Real. Durante la actual crisis de Gaza, tanto el presidente Pedro Sánchez como el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, le recibieron del mismo modo que hicieron con la embajadora de Israel.
A la inversa, las relaciones diplomáticas in situ con la Autoridad Nacional Palestina se llevan a cabo ahora desde el Consulado de Jerusalén, una delegación diplomática de rango menor al de una embajada. Eso supone una asimetría respecto a Israel, país en el que sí se tiene una embajada y una embajadora, en la ciudad de Tel Aviv.
Por lo demás, el Gobierno español ya trata directamente con el Gobierno palestino, con sede en Ramala (Cisjordania). El propio Pedro Sánchez se reunió con presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abás, durante la gira que en noviembre le llevó a encontrarse con los dirigentes israelíes. La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, lleva semanas tratando de formalizar un viaje para ver a su homólogo, el ministro de Trabajo palestino, con el objetivo de firmar una serie de acuerdos de cooperación en materia laboral.
Pero el factor más relevante del movimiento es el político: España abre el camino para que otros países occidentales se sumen a ese reconocimiento. En la Unión Europea, doce de los 27 miembros ya han dado ya ese paso. Si Malta y Eslovenia cumplen su compromiso con Sánchez de hacer lo propio, sumarían 14.
Estado miembro de Naciones Unidas
En Naciones Unidas, Palestina está presente solo como “Estado observador no miembro”. La Autoridad Palestina ha pedido formalmente que se les incluya como Estado de pleno derecho, pero Estados. Solo nueve países votaron en contra: el propio Estados Unidos, Alemania y estados pequeños como Vanuatu o Micronesia.
“Palestina podría convertirse en un Estado parte de las convenciones y los tribunales internacionales”, asegura Julie Holm de la ONG Miftah en Relief Web. “Eso daría a los palestinos nuevas herramientas para hacer valer sus derechos, en línea con las que tienen otros Estados. El territorio palestino que permanece bajo control israelí se consideraría como ocupado para el Cuarto Convenio de Ginebra”. Ese convenio se aprobó en 1949 y define la protección humanitaria para los civiles en una zona de guerra y prohíbe la práctica de la guerra total.
También podría participar en la Corte Penal Internacional de La Haya, donde se persiguen a aquellas personas que han cometido crímenes de guerra y de genocidio. La Corte Penal ya se ha reconocido competente para investigar esos posibles delitos tanto de Israel como de Hamás, pero ser Estado permitiría a Palestina involucrarse activamente. Podría suscribir el Estatuto de Roma en el que se basa ese tribunal, independiente de Naciones Unidas.
Al mismo tiempo, Palestina sería responsable de cumplir con la legalidad internacional en Derechos Humanos de los Estados miembros de la ONU, y sería monitorizada por sus mecanismos, especialmente del Consejo de Derechos Humanos. Esto supondría un incentivo extra para el control de los grupos extremistas.
Los milicianos palestinos arrestados por soldados israelíes son tratados actualmente como “civiles combatientes ilegales” en sus tribunales. Si Palestina fuera considerada un Estado que formara parte de los Convenios de Ginebra y tuviera un Ejército regular, deberían ser tratados como prisioneros de guerra.
Hay una confusión habitual entre el reconocimiento de Palestina como Estado y la llamada “solución de dos Estados”. Esta última es una iniciativa, defendida por el grueso de la comunidad internacional, que pide que se permita la creación de un Estado palestino funcional que conviva con Israel. Tanto el Gobierno de Benjamín Netanyahu como el Parlamento se oponen a la creación de tal Estado. Sobre el terreno, llevan décadas tratando de impedirlo, con la construcción de centenares de colonias ilegales en territorio palestino, limitando los movimientos de sus ciudadanos o embargando el dinero perteneciente a Palestina de la exportación de sus productos.
La existencia de un Estado está determinada por la concurrencia de tres elementos esenciales: población, territorio y nación (organización política). El reconocimiento de Sánchez sería, pues, un acto declarativo de naturaleza política, no constitutivo, aunque comportaría consecuencias jurídicas.