
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, «condenó enérgicamente» el intento fallido de Corea del Norte de poner en órbita un satélite espía, informado previamente por la agencia norcoreana KCNA. El lanzamiento del satélite, que fue detectado tanto por Japón como por Corea del Sur, se realizó utilizando tecnología de misiles balísticos, lo cual va en contra de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Guterres, quien emitió su declaración en Johannesburgo mientras asistía a la cumbre de los BRICS, subrayó la importancia de que Corea del Norte cese estas actividades y reanude el diálogo sin precondiciones para lograr una paz sostenible y la desnuclearización completa y verificable de la península de Corea.
El lanzamiento del satélite, que se llevó a cabo en un primer intento en mayo de este año y nuevamente en esta ocasión, fracasó debido a un error en la tercera fase del lanzamiento, según informó la agencia KCNA. A pesar de estos fallos, Corea del Norte ha anunciado su intención de realizar un nuevo intento en octubre.
El intento de Corea del Norte de poner en órbita un satélite de inteligencia ha generado preocupación en la región, y provocó advertencias de emergencia en Japón, solicitando a los residentes de la prefectura de Okinawa que se refugiaran en sus hogares, aunque esta alerta se levantó poco después.
Este último lanzamiento se produce poco después de que Corea del Norte notificara a las autoridades japonesas su intención de lanzar un satélite entre el 24 y el 30 de agosto. A pesar de que el tipo de satélite no fue especificado, se cree que será similar al intento de mayo.
Es importante recordar que el lanzamiento anterior de mayo resultó en un fracaso cuando el cohete que transportaba un satélite espía se hundió en el mar poco después del despegue. Esto fue considerado un revés en los esfuerzos de Corea del Norte por establecer un sistema de vigilancia espacial para monitorear a Estados Unidos y Corea del Sur.
Este nuevo lanzamiento, además, coincide con el inicio de los ejercicios militares anuales realizados por Estados Unidos y Corea del Sur, que Corea del Norte considera como un ensayo de invasión.
La comunidad internacional, incluyendo a los vecinos de Corea del Norte y Estados Unidos, ha condenado estos lanzamientos por aumentar las tensiones y violar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que prohíben a Corea del Norte utilizar tecnología de misiles balísticos.
