La rebeldía de los senadores Lousteau y Carambia frustró los planes de La Libertad Avanza, que intentó forzar la firma del despacho sin tener los números asegurados; Francos se instaló en la Cámara alta para hablar con los legisladores que siguen reticentes
a impericia del oficialismo le volvió a jugar una mala pasada y otra vez fracasó en su intento por darle dictamen a la denominada Ley Bases y ahora tendrá que esperar para saber si, con la presentación de despachos alternativos en minoría, logra destrabar la situación y consigue que el proyecto pueda avanzar a su tratamiento en el recinto del Senado.
El contratiempo para el oficialismo llevó al nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a presentarse en el Senado para tratar de destrabar el dictamen, según confirmaron a LA NACION fuentes oficiales. El funcionario se instaló en el Salón Gris de la presidencia de la Cámara alta junto con la vicepresidenta Victoria Villarruel, donde recibieron a los senadores que se negaban a firmar el dictamen.
La primera señal de que la bancada libertaria se encaminaba a protagonizar un nuevo fiasco la dio el provincial José María Carambia (Por Santa Cruz) al anunciar poco antes de que comenzara la reunión y por nota que, disconforme porque no le dieron ninguno de los cambios que había reclamado, presentaría “oportunamente” un dictamen en minoría.
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El senador patagónico reclamaba la inclusión en la denominada Ley Bases de una cláusula que elevara las regalías en boca de mina que podrán percibir las provincias. En un intento por destrabar las negociaciones, el Gobierno aceptó subir esos aportes del 3% actual al 5%, aunque Carambia reclamaba que fueran del 15%. El cambio fue introducido como una modificación del proyecto de reforma fiscal.
Minutos después de la nota de Carambia, ya durante el plenario de comisiones, el radical Martín Lousteau (Capital) terminó de asestarle el golpe de gracia al reiterar sus críticas a la iniciativa, dijo que los cambios aceptados por el Ejecutivo eran “meramente cosméticos”, y confirmar que seguiría el mismo camino que el legislador patagónico.
Así, quedó desarticulada la demostración de fuerza que había montado el oficialismo al anunciar al inicio de la reunión que iba a pasar para la firma el dictamen del proyecto de Ley Bases. Es que sin los pronunciamientos de Carambia y Lousteau, la iniciativa quedó empantanada al no alcanzar que se pronunciara, a través de uno o varios despachos, la mitad más uno de los 17 miembros de la Comisión de Legislación General. También participan del debate las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto y Hacienda.
Enterados de que el proyecto no tendría la luz verde, otros senadores decidieron retacear su firma, a la espera de que se aclare el panorama. Así fue como tampoco sumaron su apoyo durante el plenario Guadalupe Tagliaferri (Pro-Capital), el radical Maximiliano Abad (Buenos Aires), el peronista disidente Edgardo Kueider (Unidad Federal-Entre Ríos).
Frustrado su intento de lograr el avance de la Ley Bases, el oficialismo terminó por aceptar su derrota y decidió pasar a cuarto intermedio el plenario. Poco después, comenzó una reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, en la que se discute el proyecto de reforma fiscal.
En ese encuentro, que duro poco más de media hora, el oficialismo anunció el cambio en la Ley de Minería que venía reclamando Carambia, tras lo cual el presidente de la comisión, el oficialista Ezequiel Atauche (Jujuy), también debió pasar a cuarto intermedio la reunión ante la incertidumbre sobre si estarían las firmas para darle dictamen a la reforma fiscal.
Gustavo Ybarra
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