Murió otro testigo contra Boeing que había denunciado fallas de ingeniería, mala gestión en la seguridad de los aviones y despidos sospechosos.
Murió Joshua Dean, de 45 años, ex auditor de calidad del proveedor de Boeing, Spirit AeroSystems y uno de los primeros denunciantes de defectos en los aviones del segundo mayor fabricante de aeronaves comerciales tras una serie de incidentes y fallas que alertaron al mundo aeronáutico.
Según Seattle Times, el hombre gozaba de buena salud y murió repentinamente. Falleció tras padecer durante dos semanas un estado crítico y desarrollar neumonía e infección bacteriana.
En marzo Dean en una demanda de accionistas de Spirit presentó una queja ante la Administración Federal de Aviación alegando “mala conducta grave y flagrante por parte de la dirección de calidad de la línea de producción del 737”.
Dean concretamente habló sobre las deficiencias del avión 737 Max y la desidia en el liderazgo de Spirit que había ignorado los defectos de fabricación.
En octubre de 2022, Dean dijo que encontró un defecto de fabricación grave: los mecánicos perforaron incorrectamente agujeros en el mamparo de presión de popa del MAX. También remarcó un defecto de fabricación separado en los accesorios que sujetan la aleta de cola vertical al fuselaje.
Vale aclarar que el 5 de enero de 2024 e Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines sufrió una explosión en pleno vuelo que terminó con gigantesco agujero un costado del avión con capacidad para 220 pasajeros. Se había desprendido el tapón de la puerta del fuselaje debido a pernos flojos.
Este episodio llevó a la inmovilización temporal en todo el país de algunos aviones 737 Max; a comparecencias ante el Congreso; a retrasos en la producción y las entregas de aeronaves; a múltiples investigaciones federales —incluida una investigación penal…; y a que las acciones perdieran una cuarta parte de su valor este año, reduciendo en más de US$ 40.000 millones la valoración de mercado de la empresa, según CNN.
Dean fue despedido en abril de 2023. En este sentido, se puso en contacto con el Departamento de Trabajo de USA insistiendo en que la dirección de la empresa decidió vengarse por el hecho de que expresó su preocupación por la seguridad de la aviación.
Segunda muerte
Dean estuvo representado por un bufete de abogados en Carolina del Sur que también representó al denunciante de Boeing, John “Mitch” Barnett.
En marzo Barnett fue encontrado muerto en su auto en lo que fue aparente suicidio en Carolina del Sur, donde Boeing tiene su planta de fabricación del 787. “Herida de bala autoinfligida”, dijeron la oficina forense local.
2 muertes de testigos en casi dos meses. Fallecimientos de 2 hombres que sacaron a la luz las irregularidades y la corrupción en interés de la sociedad y en pos de la seguridad aérea.
Él era ingeniero de control de calidad de Boeing quien también había denunciado anomalías en el montaje de los aviones de la compañía. Según el diario, estaba a punto de dar declaraciones alegando que Boeing tomó represalias contra él por quejas sobre fallas de calidad.
Barnett dedicó 32 años de su vida a Boieng, hasta su jubilación en 2017, y en los días previos a su muerte, había estado testificando en una demanda contra la empresa.
Barnett en 2019 acusó a Boeing de acelerar la producción de sus aviones 787 Dreamliner, poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros. Concretamente contó que para evitar retrasos en la producción del avión Boeing 787 Dreamliner, le instalaron piezas defectuosas.
Boeing bajo escrutinio por incidentes sucesivos y ex empleados muertos.
En abril de 2024, el ex ingeniero de Boeing Sam Salehpour en una audiencia sobre el caso Boeing en el Congreso de Estados Unidos afirmó que debido a problemas de seguridad con los aviones del fabricante, existe el riesgo de que se produzcan accidentes aéreos con cientos de víctimas. “Se están poniendo a la venta aviones defectuosos”, denunció.
Por su parte, explicó que notó un problema con los espacios entre partes clave del revestimiento del avión 787 Dreamliner que afecta a más de mil aviones en funcionamiento.
«Tengo serias dudas sobre la seguridad de los aviones 787 y 777 y estoy dispuesto a asumir un riesgo profesional por hablar de ellas. A mí se me ignoró. Me dijeron que no creara retrasos. Me dijeron, francamente, que me callara».
La imagen de Boeing es fatal. Una cultura de seguridad rota, secretismo, amenazas, despidos injustificables y un conjunto de prácticas inaceptables.
Cabe destacar que Boeing es un fuerte contratista del Pentágono. En 2019 la compañía aérea consigue un contrato de 2.400 millones de dólares para construir 19 aviones de patrulla y reconocimiento P-8A Poseidon. 10 aviones que se sumaron a la flota de la Armada estadounidense, 5 contratados con Noruega y otros 4 para cumplir un contrato existente con Reino Unido.
A pesar de todo el escándanlo el gobierno sigue apostando por la compañía. Según Zona militar, el 30 abril la Fuerza Aérea de USA ordeno 7 helicópteros MH-139A adicionales a Boeing (contrato adjudicado por US$ 178 millones).
Accidentes Boeing
En 2020, el Congreso de Estados Unidos publicó un informe final sobre dos accidentes consecutivos de aviones 737 MAX en los que murieron 346 personas. El informe concluyó: “una culminación macabra de fallas de ingeniería, mala gestión y supervisión federal insuficiente”.
Sin embargo, Boeing recibió un mayor atención en enero de este año con el accidente mencionado y luego por una serie de incidentes sucesivos.
Tras un examen, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos encontró tornillos sueltos en varios aviones de la compañía. Boeing no superó 33 de 89 controles del regulador.
El miércoles 17 de enero, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se vio obligado a cambiar de avión para regresar a Washington desde Davos, Suiza, después de que el avión (Boeing 737) sufriera lo falla relacionada con una fuga de oxígeno.
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El 20 de enero, un avión Boeing 757 de Delta Air Lines con destino a Bogotá, Colombia perdió la rueda delantera del morro poco antes de despegar en el aeropuerto internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta.
A fines de enero, un avión Boeing 737 MAX 8 de Air Canada realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de la ciudad estadounidense de Tucson (Arizona) debido a un fallo en el motor.
El martes 6 de febrero, los pilotos de United Airlines de un Boeing 737 Max 8 con destino a Newark experimentaron el ‘bloqueo’ de los pedales del timón durante el aterrizaje.
En marzo, decenas de pasajeros resultaron heridos y algunos luego hospitalizadas en un vuelo que partió de Australia hacia Nueva Zelanda. Según Latam Airlines, el Boeing 787 Dreamliner experimentó un «evento técnico» que produjo un movimiento repentino y arrojó a las persona por la cabina.
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