Por German Vallejos
El panorama político en Argentina se encuentra marcado por la presencia de diferentes figuras y corrientes ideológicas que se disputarán el futuro del país en las elecciones de las PASO en Agosto y las generales en Octubre. En este contexto encontramos figuras variadas, paradojicamente repetidas, aferradas a ideologías arcaicas y una de esas figuras es el ministro de Economía, Sergio Massa, que representa un capitalismo tradicional a las sensibilidades argentinas y lo que se espera, más preocupado por los intereses de sus amigos que por fomentar una competencia política sana. Aunque alejado de lo que promueve su actual mentora y compañera de ideas, Cristina Kirchner, su enfoque económico ha evolucionado desde sus raíces liberales hacia un capitalismo más nacional y proteccionista debido a su estrecha relación con banqueros y empresarios beneficiados por el Estado, una clara arremetida contra lo tradicional en el Kirchnerismo.
Uno de los ejemplos de esta relación es su amistad con Daniel Vila y José Luís Manzano, quienes se convirtieron en los dueños de Edenor en 2020 gracias a la política de actualización de tarifas implementada por Massa. Estos lazos con empresarios y banqueros han generado críticas hacia su estilo de capitalismo, ya que se percibe que prioriza a sus amigos por encima de promover una competencia justa.
Por otro lado, tenemos a Javier Milei, líder libertario, cuyo carácter desequilibrado preocupa más al establishment económico que su extremismo ideológico. Su figura ha ganado relevancia en la escena política, en la juventud y en la sociedad Argentina tomó particular popularidad por su carácter excéntrico y directo frente a situaciones políticas sensibles, pero su popularidad parece estar en declive.
En cuanto a los otros dos candidatos presidenciales principales, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, se puede decir que ambos están sordos ante el simple pedido de la gente común de dejar de pelearse. Aunque profesan un liberalismo más moderno y posible que el de Massa o Milei, Rodríguez Larreta defiende el status quo, defiende los intereses de CABA, lo que beneficia los intereses del establishment empresarial, mientras que Bullrich se muestra más disruptiva frente a las corporaciones empresariales y sindicales, buscando terminar con privilegios y ventajas del sindicalismo peronista y de ciertos empresarios beneficiados por el proteccionismo estatal y la hegemonía económica de la Provincia de Buenos Aires sobre el resto del territorio.
En las mediciones nacionales, se observa un predominio de Bullrich sobre Rodríguez Larreta, lo que indica que podría haber un cambio de liderazgo en el espacio político. Sin embargo, las elecciones en Argentina suelen ser fundamentalmente pasionales, por lo que el voto pasional de Bullrich o Larreta puede marcar la diferencia. En la interna se la juegan las provincias. Aunque los resultados de las elecciones primarias del 13 de agosto podrían mostrar a Massa en primer lugar individualmente, esto no necesariamente indica un resultado definitivo, ya que en elecciones anteriores se ha observado que la suma de las listas de Juntos por el Cambio ha triunfado en las generales.
En cuanto a Milei se observa un retroceso considerable en las encuestas: Tras el cierre de listas de los precandidatos para las elecciones en Argentina, dos encuestadoras realizaron mediciones de intención de voto en las primarias. Según los resultados, el espacio político de Juntos por el Cambio muestra una ventaja sobre Unión por la Patria, y destaca el retroceso de Javier Milei.
Los resultados de las encuestas realizadas por CB Consultora y Opinaia indican que Juntos por el Cambio lidera las preferencias con un 33,8% de intención de voto, seguido por Unión por la Patria con un 29,1% y los libertarios encabezados por Javier Milei con un 17,2%.
En el caso de Juntos por el Cambio, las encuestas también evalúan la preferencia entre los precandidatos internos. La fórmula Patricia Bullrich-Luis Petri lidera con un 17,3% de intención de voto, superando a la fórmula conformada por Horacio Rodríguez Larreta-Gerardo Morales, que obtiene un 16,5%. Estos resultados revelan una competencia estrecha dentro del espacio opositor.
En cuanto al oficialismo, la encuesta refleja una ventaja más amplia para Sergio Massa y Agustín Rossi, quienes obtienen un 24,1% de intención de voto. En contraste, Juan Grabois y Paula Abal Medina obtienen sólo el 5%. Es importante destacar que el Ministro de Economía, apoyado por la mayoría del espacio oficialista para su candidatura, no obtuvo el apoyo de Grabois, quien ha decidido competir por separado.
La encuesta realizada por Opinaia muestra resultados similares, con Juntos por el Cambio liderando con un 32% de intención de voto frente al 24% de Unión por la Patria. Sin embargo, el dato más destacado es el retroceso de Javier Milei, quien ha caído dos puntos porcentuales en comparación con las mediciones anteriores. Si se compara con mayo, la caída es aún más pronunciada, pasando de un 26% a un 19% de intención de voto y ahora a un 17,2%.
Es importante destacar que en los últimos años ha habido un cambio en los paradigmas ideológicos de la sociedad argentina, con una mayoría cansada del populismo y de las políticas de izquierda implementadas por Nación exacerbado por la crisis económica actual más expuesta y visible que en el pasado, lo que representa un descontento hacia las políticas populistas y de izquierda ha llevado a un creciente interés en propuestas más liberales y de apertura económica.
En este contexto, surgen nuevos actores políticos que buscan capitalizar el descontento y ofrecer alternativas. Algunos de ellos son figuras emergentes como José Luis Espert y Ricardo López Murphy, quienes también se identifican con ideas liberales y proponen reformas profundas en el ámbito económico.
El electorado argentino se encuentra polarizado, demostrado así por las encuestas de opinión. Los seguidores de Massa, por ejemplo, respaldan su enfoque económico más nacional y proteccionista, argumentando que es necesario priorizar los intereses del país y promover la industria nacional. Por otro lado, los seguidores de Milei se identifican con su discurso liberal radical, que propugna por la reducción del Estado y la apertura total de la economía. Consideran que estas medidas generarían mayor libertad individual y oportunidades para el desarrollo económico.
En medio de esta polarización, algunos sectores de la sociedad argentina buscan una opción más moderada, que combine elementos de liberalismo económico con políticas sociales y equidad. Esta postura se ha reflejado en el ascenso de figuras como Martín Lousteau, quien ha promovido una visión más pragmática y dialoguista.
Sin embargo y a modo de conclusión, hay que presentar otro “espacio político” que estuvo tomando protagonismo en los últimos años: El voto en blanco.
La creciente tendencia del voto en blanco en las elecciones argentinas es un llamado de atención que no podemos ignorar. Se convirtió en la defacta opción para un porcentaje grande de la sociedad. En diferentes provincias del país, se ha observado un aumento significativo en la cantidad de votos en blanco, así como una disminución en la participación electoral. Estos hechos reflejan un profundo descontento y desencanto de la ciudadanía hacia la clase política y el estado actual de la dirigencia, donde las promesas de campaña y las palabras bonitas sobre la patria, el empleo, la educación y la salud ya no bastan para convencer a los constituyentes.
Los resultados de las elecciones recientes en Tierra del Fuego y otras provincias revelan que el voto en blanco ha obtenido porcentajes significativos, superando incluso a algunos candidatos opositores. Además, se ha observado una disminución en la participación electoral, con un alto porcentaje de abstenciones.
El descontento expresado a través del voto en blanco es una llamada de atención que no puede ser ignorada. Es necesario que la dirigencia política escuche y analice en serio las demandas de la ciudadanía. La confianza y la credibilidad en el sistema democrático están en juego, y es responsabilidad de los líderes políticos actuar con transparencia, coherencia y compromiso hacia el bienestar de la sociedad.