Hijo del cantante Rodolfo Zapata Gustavo, soñaba con una vida como actor en la Argentina, pero un viaje a Estados Unidos cambió sus planes para siempre.
Por Mauricio Luna
Zapata es argentino y está radicado en Estados Unidos desde 1992 (Foto: Guillermo Zapata).
A Guillermo Zapata le gusta despertarse temprano, si es antes de las 8.30 mejor. Desayuna con su esposa Nathalie y sus hijas Lou (18) y Miarose (14). A una la lleva al colegio, “la otra maneja y tiene auto”, cuenta.
Se fue de la Argentina en 1992 y nunca más regresó. Unas vacaciones a Hollywood se transformaron en un quiebre que modificó sus planes y sus relaciones familiares. Una decisión que marcó su futuro.
Hijo del cantante y actor Rodolfo Zapata, -autor de “No vamo’ a trabajar”- buscó crear su propia carrera en la actuación con una formación sofisticada que incluyó más de tres años en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. “Tenía 22 años y estaba trabajando como actor. Estuve un año en Clave de Sol y participé en novelas con figuras como Ricardo Darín o Arnaldo André”, recuerda el hombre de 52 años.
Para ese entonces, además de asentarse en el mundo de la actuación, Guillermo buscaba desprenderse de la carga que llevaba a cuestas por ser “el hijo de”. Lo convocaron para una miniserie que se llamó Tango, la cual se grabó en Argentina, Uruguay y España. Con el dinero que juntó en aquel trabajo decidió hacer un viaje.
Guillermo junto a sus hijas, Lou y Miarose, y su esposa Nathalie (Foto: Instagram @gzsur).
“Aproveché el tiempo libre después de filmar y me tomé unas vacaciones para conocer Los Ángeles. Me saqué el pasaje, vine por 10 días, pero hice un click un día antes de volver al país”, explica.
Guillermo conoció la ciudad y se enamoró: “Fue allá de lo que representa para mí como actor. La playa cerca de Hollywood… Una curiosidad enorme por quedarme, conocer el idioma y emprender algo nuevo”.
Guillermo y su papá, el actor y cantante Rodolfo Zapata (Foto: Instagram @gzsur).
Sentado en un bar, a pocas horas de tener que dirigirse al aeropuerto para regresar a Buenos Aires, le consultó a un mesero si para alguien que no sabía inglés ni tenía papeles había trabajo. “Me contestó que sí, que se empieza como lavacopas, escondido en la cocina”, relata Guillermo.
Se dirigió al dueño del lugar y le preguntó si había un puesto para él. Al otro día comenzó a lavar copas allí. “Extendí mi hospedaje unos días y rápidamente me puse a buscar otro lugar, porque ya no tenía dinero para costear el hotel. Llamé a mi familia y les dije que no volvía. Y no volví más”, indica.
Guillermo y Marta, su mamá, en uno de los últimos encuentros en Buenos Aires (Foto: Instagram @gzsur).
Romper aquel ticket de avión fue un shock para su familia. Su padre, que soñaba una carrera como la suya para su hijo, se preocupó mucho. “Crecí en una familia en donde mis padres nos brindaron mucho amor. Una familia de cuatro hermanos. Sin embargo, yo necesitaba tener una vida sin cargar con mi apellido”, dice.
Ya asentado en el bar como lavacopas, se dedicó exclusivamente a estudiar inglés. Practicar el idioma y aprovechar cada charla, cada intercambio, para aumentar su conocimiento. “Me anoté en una escuela de adultos para aprender inglés y bloqueé el español. Lo usaba lo mínimo e indispensable”, explica.
En tan solo siete meses Guillermo pudo mejorar sus condiciones: su nivel de inglés era muy bueno, salió de la cocina y comenzó a atender a los comensales.
El actor logró asentarse en Los Ángeles como empresario gastronómico (Foto: Instagram @gzsur).
“Al tiempo pude conseguir mis papeles legales y progresar a partir de ello para que una agencia me represente como modelo. Conseguí publicidades en televisión y hasta me aceptaron en la asociación de actores”, sostiene.
Al ser mesero consiguió ganar más dinero e independizarse: ya no alquilaba un cuarto, sino un departamento para él solo. Tenía su auto, había ahorrado y se animaba a pensar en nuevos proyectos.
El nacimiento de Sur, el restaurante más exclusivo de Los Ángeles
“En el año 98 abrí mi propio lugar. Una familia argentina era dueña de Sur, en West Hollywood, y me lo ofrecieron porque se volvían al país. Lo tomé como un desafío. Estaba organizado, así que de repente dejé de ser empleado y pasé a ser el dueño de un lugar”, rememora.
En 1998 se hizo cargo de Sur, uno de los restaurantes más exclusivos de Hollywood (Foto: Guillermo Zapata).
Sur, un espacio en el que solo cabían 10 mesas, daba pérdidas. Un menú 100% argentino con pocas probabilidades de salir a flote. “Contraté a un chef y cambié la carta. Transformé el lugar en otro ecléctico, con platos americanos. A partir de ahí fue todo crecimiento”, revela Guillermo.
Se mantuvo así hasta que conoció a Nathalie, una joven francesa que estaba en Los Ángeles de vacaciones y que una noche se sentó en su restaurante para cenar.
“Me enamoré. Ella le agregó una energía a mi mundo que me hizo creer en que ese pequeño restaurante podía ir a otro nivel. Organizamos un plan de negocios y un grupo de inversores ingleses puso dinero. Pasamos de 10 mesas a 250. A tener 100 empleados y ser uno de los lugares más reconocidos de la ciudad”, explica Guillermo.
En los últimos años, Zapata comenzó a producir películas en Argentina (Foto: Instagram @gzsur).
El éxito fue tal que se asoció con Lisa Vanderpump, del elenco de The Real Housewives of Beverly Hills, para llevar el día a día de sus empleados a un reality show que se convirtió en un ícono de la cadena televisiva NBC. “Hoy es mundialmente conocido y me obligó a participar en algo que al principio no quería”, precisa.
Cada mañana, luego de despedirse de sus hijas, Guillermo medita cerca de 15 minutos y dedica unas dos horas al deporte. Luego, dialoga con su mujer sobre los horarios y las tareas del día. Más tarde se dirige a su restaurante.
“Me gusta estar presente todo lo que puedo de noche, dormir un par de horas a la mañana y despertarme. No estar muchas horas en la cama. Es uno de los secretos del éxito, estar presente la cantidad de horas posibles y aprovechar el día”, indica.
Al actor suelen confundirlo permanentemente con George Clooney (Foto: Guillermo Zapata).
Sur abre a partir de las 17 y cierra a la medianoche. Los fines de semana, como excepción, se extiende apenas algunos minutos más. “De día lo abrimos para la limpieza, contaduría y para que el chef pueda cocinar. Así que cerca de las 18 regreso al restaurante”, detalla Guillermo.
El empresario gastronómico cuenta que en muchas oportunidades lo han confundido con George Clooney. “Con el correr de los años, al aparecer las canas, me fui asemejando a él. Voy a ciertos lugares y piensan que soy él. Incluso caen periodistas o paparazzis porque alguien avisa. Es algo que siempre está ahí dando vueltas”, dice entre risas.
Su nueva faceta como productor de cine argentino
A pesar de que su vida se modificó radicalmente, Guillermo jamás se desprendió de la idea de trabajar en su país natal. “Mi corazón es la actuación y acá es muy difícil vivir de eso, hay mucha competencia. Uno le debe buscar la vuelta como sea”, explica.
“Empecé a contactarme con un fotógrafo reconocido, Machado Cicala: él quería hacer más videos y filmar después de 30 años de fotografía. Yo producir y actuar. Juntamos energías y se armó un filme que rodamos en 2019, con Danny Trejo y un elenco argentino de lujo, con Miguel Ángel Solá, Rita Cortese y Mónica Antonópulos”, dice Guillermo.
unto al actor Danny Trejo, a quien convocó para trabajar en Argentina (Foto: Instagram @gzsur).
Aquella no fue su única película. En los años siguientes grabó otras tres, todas con su propio financiamiento, con el propósito de instalarse y lograr asociarse con una plataforma de streaming para llevar a cabo trabajos más grandes.
“Me asocio con el director, pongo el dinero y luego vamos a medias con las ganancias. Viviendo en Argentina él puede producirla y yo aporto todo lo relacionado a lo económico”, sintetiza.
Un consejo para quienes decidan emigrar a otro país
“Sé que muchos piensan en irse o buscar otra solución. El mensaje es que si uno quiere empezar una vida nueva, es muy difícil dejar el país de uno para ir a otro a encontrarlo. No es imposible, pero sí es muy difícil. Mentalmente, uno no está preparado si solo se busca la magia de estar mejor económicamente. Se debe sentir la necesidad de un cambio, un aire nuevo”, expresa Guillermo.