Se nos viene un verano anómalo en Argentina: qué relación tiene con el cambio climático

El SMN difundió su Pronóstico Climático Trimestral y las proyecciones indican que será un verano caluroso y con poca lluvia. Cuáles son las causas y cuál es el impacto directo en la población.

El viernes pasado, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indicó que noviembre y diciembre de 2024 y enero de 2025 serán secos y calurosos. A su vez, se esperan pocas lluvias y una influencia neutra del fenómeno La Niña, el cual trae consigo un período de bajas precipitaciones.

El informe que realizó el SMN indica las probabilidades de precipitación y temperatura para todo el país durante dicho período. En el gráfico se puede observar las previsiones meteorológicas agrupadas en las siguientes categorías: superior a la Normal (SN), Normal (N) e Inferior a la normal (IN). 

Se puede ver que durante este verano se esperan temperaturas normales o superiores a la normal en la franja central del país, la región norte y mayores posibilidades hacia el este de Buenos Aires. Por otro lado, en el este y sur de la Patagonia se estiman valores normales para esta época del año.

Además, es probable que las precipitaciones sean inferiores a la normal en el este de la provincia de Buenos Aires y hacia el oeste y sur de la Patagonia. En cuanto al sur del Litoral, Córdoba, este de San Luis, oeste de Buenos Aires, La Pampa y este de Patagonia se espera que las lluvias sean normales o inferiores a la normal. 

A su vez, se espera que predominen los días soleados, lo que explica por qué habrán temperaturas más cálidas y menos lluvias. De acuerdo al organismo, esta combinación generará mayores olas de calor y grandes demandas de energía y agua.

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¿Cuáles son las razones que explican este verano más cálido? 

El reporte de The Lancet Countdown Latinoamérica publicado en 2023 examina la relación entre el cambio climático y la salud con datos de toda la región. 

Francisco Chesini, licenciado en Salud Ambiental y magíster en salúd pública, explicó que desde los 80′ hubo fluctuaciones entre algunos veranos más fríos y otros más cálidos, pero que a partir del año 2000 hubo mayor tendencia de anomalías cálidas.

«Aumenta la amenaza y también la exposición de la población y todo esto se da en un contexto de transición demográfica que atraviesa el país, con aumento de expectativa de vida, reducción de la tasa de natalidad y de la mortalidad«, razona.

Ante la consulta de El Economista, el meteorólogo Matias Bertolotti explicó que en las proyecciones que se realizaban en los 80′ ya se contemplaban los escenarios actuales y aseguraban que, en caso de no reducir los gases que generan un incremento en la temperatura global, estas tendencias serían más habituales y se darían de manera más fluctuante.

«Acá es donde aparece la disyuntiva entre los escépticos y los realistas, porque el planeta en épocas más lejanas ya ha atravesado un calentamiento global importante, pero la gran diferencia con el escenario actual es que antes no tenía que ver con los efectos del hombre, hoy sí», sentencia.

Además, sumó un gran interrogante: ¿podrá el planeta volver a temperatura normal cuando era de 15 °C? 

Bertolotti afirmó que la atmósfera ya está empezando a responder a este nuevo equilibrio y que la cuestión a resolver será en qué tiempos se verán los efectos en la población: «Hasta que esto se logre, los seres humanos sufrirán impactos que serán brutales. Hoy el exceso de calor del planeta se lo están comiendo los océanos, que, al estar más cálidos, nos están devolviendo ciclones tropicales -algunos raros, otros más violentos o catastróficos- en algunas partes del mundo. Quizás, hechos como la DANA que sufrió Valencia, comiencen a multiplicarse por distintas partes del mundo«, aseguró el meteorólogo. 

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«Las mediciones actuales indican que ya se está ralentizando la corriente en el Atlántico Norte, y ese es el primer paso antes de colapsar. Estamos en un período límite en el que si no reaccionamos rápido el planeta lo va a hacer por sí mismo; y cuando lo haga, las tragedias serán brutales. Sin embargo, todavía estamos a tiempo de revertirlo«, aseguró. 

Mauricio Saldivar, meteorólogo y licenciado en Enseñanza de Ciencias del Ambiente con una diplomatura en Gestión del Riesgo, sostiene que esto se origina por el calentamiento global antropogénico, que ha hecho que la temperatura aumente 1,309 °C desde mediados del siglo XIX, haciendo que este calentamiento global sea 10 veces más rápido que cualquier otro cambio climático ocurrido en los últimos 65 millones de años. 

Asimismo, otros rasgos distintivos de este fenómeno son que es el único causado por una especie que habita el planeta, y que la temperatura seguirá en aumento por al menos varios cientos de años. 

¿Cuál será el impacto directo en la población? 

• Fuerza laboral: Habrá mayor ausentismo por estrés térmico, además de que aumentarán las enfermedades cardiovasculares y renales, cáncer, afecciones respiratorias y problemas de salud mental. Esto, a su vez, impactará en el Producto Bruto Interno (PBI) de cada país: se estima que para 2030 puede llegar a haber una reducción del PBI global en 2.400 millones de dólares.

• Zonas inhabitables: Para 2050 habrán lugares del planeta cuyas temperaturas diarias los tornará inhabitables, como será el caso de algunas zonas de Brasil y del sudeste asiático.

• Aumento de enfermedades por vectores: Habrán más casos de enfermedades infecciosas como lo puede ser el Lyme, dengue, Zika, entre otros.
• Problemas nutricionales: Se producirán por la disminución de la composición nutricional de los cultivos (menos contenido proteico, micronutrientes, etc). Además de otros impactos relacionados con una mayor cantidad de desastres por eventos extremos, menor disponibilidad de agua, etcétera.
• Aumento de la violencia interpersonal y de género: El aumento de la temperatura genera un incremento del malhumor que en muchos casos desemboca en hechos de violencia interpersonal, como lo puede ser una agresión, un asalto, un homicidio o incluso hasta actos de violencia de género.

Por qué las altas temperaturas podrían impulsar el aumento de casos de dengue en el país

El aumento de temperatura provoca que se propaguen enfermedades infecciosas como es el caso del dengue, transmitido por el mosquito Aedes Aegypti. Roberto Debbag, infectólogo pediatra, explica que en la década del 60′ toda América Latina disminuyó sus políticas de control vectorial, lo que provocó que a partir de los 70′ volviera a crecer la cantidad de Aedes. Luego hubo un comportamiento de epidemia con ciertos intervalos, hasta el último tiempo en el que los períodos volvieron a acortarse. 

¿Cuáles son las razones de esto? El especialista sostiene que el principal motivo por el cual estamos viendo estos brotes epidémicos -que van a ser endémicos en forma continua- se debe a la tropicalización de la Argentina: «Antes había dengue en Paraguay, Brasil y algunas zonas del norte del país, pero en las últimas dos décadas esto provocó que haya mayor temperatura y humedad en casi todo el país«.

A su vez, resalta que el aumento en América y el Caribe no solo se debe a los efectos de El Niño y La Niña, sino que también va acompañado de otros factores como la pobreza, concretamente en lugares donde es muy difícil modificar el medioambiente, «lo que genera más criaderos y mayores probabilidades de mosquitos«.

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