Cuáles son los síntomas de este fenómeno de salud mental.Cómo detectarlo y por qué se profundizó en estos tiempos.
Hay quienes afirman que el síndrome de la cueva es un fenómeno de estos tiempos que afecta la salud mental. Más allá de que no sea tan así, sí es cierto que en los último años esta conducta creció notablemente en la sociedad y cada vez más en los jóvenes.
El final de la cuarentena por la pandemia del Covid puso en alerta a muchos psicólogos, al ver que luego de levantarse ciertas restricciones las personas todavía presentaban resistencia a salir de sus casas.
Fue el psiquiatra doctor Arthur Bregma quien llamó así a esta conducta, un término no médico. En su práctica en Coral Gables, Florida, Estados Unidos, descubrió que muchos de sus pacientes estaban nerviosos por salir de sus hogares e interactuar con otros.
«He visto pacientes que están encerrados en la habitación de su casa» mientras realizan llamadas de telemedicina «y llevan una máscara», dijo Bregman en su momento.
Pero, como fue dicho, ya este fenómeno se remonta a años atrás del efecto coronavirus, e incluso en la etapa post pandemia el aumento se convirtió en una señal de alerta.
Qué es el síndrome de la cueva y cómo detectarlo
«El síndrome de la cueva es una conducta evitativa que se produce cuando las personas se sienten incapaces de hacer frente a las demandas de su entorno», explican desde Psikipedia.
Y agregan que «estas demandas pueden ser tanto internas, como el estrés y la ansiedad, como externas, que pueden incluir el trabajo, la familia, los amigos y otras obligaciones».
La cuarentena en pandemia expuso más el fenómeno del síndrome de la cueva.
Es importante señalar que el síndrome de la cueva no describe una condición clínica que aparezca en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), pero sí perfila una realidad que se aprecia con frecuencia, y mucho en los jóvenes.
Se trata, ni más ni menos, de la dificultad por reanudar nuestra vida después de un evento adverso, algo que en definitiva sucedió en otros años también.
Pero que en los debates hay quienes lo vinculan incluso con determinado miedo a la frustración que parecen expresar las nuevas generaciones.
No hay que tener miedo de buscar ayuda profesional cuando se trata de la salud mental. Con el apoyo adecuado, es posible superar los obstáculos y vivir una vida plena.
Un síndrome parecido de salud mental
Mucho antes de la situación actual, ya se conocía el llamado síndrome de hikikomori, un término japonés que describe la tendencia al aislamiento por parte de muchos jóvenes que escogen en un momento dado abandonar su vida social y recluirse en sus casas.
Afecta a hombres más que a mujeres y, detrás de este fenómeno, suele estar la fobia social, la agorafobia, la timidez o incluso el trastorno de personalidad por evitación.
Mucha ansiedad, y se da tanto en personas extrovertidas como introvertidas. Foto: Shutterstock
Especialistas afirman que este síndrome es sinónimo de sufrimiento. La persona es consciente de que debe retomar su vida social, sin embargo, la sola idea de cruzar el umbral de casa le genera gran ansiedad.
El síndrome de la cueva comparte buena parte de estas características, pero tiene una particularidad: aparece después de un suceso complejo o traumático que lleva a la persona a quedarse en un lugar seguro como su hogar, define el sitio La Mente es Maravillosa.
No por nada, que ahora se aprecie con más frecuencia muchas veces tiene que ver con personas que sufrieron acoso laboral, sexual, bullying, entre otros.
Síntomas del síndrome de la cueva
Resulta frecuente que aparezcan las siguientes dimensiones en el síndrome de la cueva:
- Elevada ansiedad cuando deben cumplir una tarea fuera del hogar: ir al médico, un trámite administrativo, acudir a citas importantes. Los días previos ya aparece la angustia y la preocupación.
- Tanto en personas introvertidas como extrovertidas. Expertos marcan una similitud con el síndrome de Estocolmo: apego y cercanía desmedida a su propio carcelero (en este caso el hogar).
El síndrome de la cueva suele suceder después de una vivencia traumática.
- Después de una vivencia negativa. Si bien existe un desencadenante actual, también aparece tras una depresión, a causa de una experiencia de maltrato o acoso que lleva tiempo.
Así, evitar sistemáticamente las actividades que se desarrollan más allá de «la cueva segura» genera también síntomas fisiológicos como mareo, entumecimiento y taquicardia.
Fuente:https://www.clarin.com/internacional/sindrome-cueva-ataca-vez-jovenes-tratarlo_0_nAjg5Gb442.html
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