
Los gazatíes acuden en masa a los hospitales y utilizan allí generadores para recargar sus teléfonos.
Con Gaza cada vez más desprovista de agua, alimentos y electricidad, sus habitantes tienen que ingeniárselas cada día para sobrevivir. Aislados del mundo exterior, la comunicación también se considera ahora un recurso esencial.
Con el fin de mantenerse conectados, los gazatíes acuden en masa a los hospitales y utilizan allí generadores para recargar sus teléfonos.
«Por supuesto que es peligroso», reconoce Zuhair Abu Obaid, residente de la Franja. «Todos los misiles caen sobre nuestras cabezas, día y noche, como puedes ver. Aún no he cargado mi teléfono. ¿Cuándo podré hacerlo? ¿Debo dejar que mis hijos duerman a oscuras? ¿Es un delito o no?

«Estamos en una situación desesperada», añade Islam Agha. ¿Qué podemos decir? Solo nos remitimos a Alá Todopoderoso, eso nos basta. No hay Internet. Solíamos seguir las noticias en nuestros móviles, pero ahora no es posible, ya que no podemos cargar nuestros teléfonos para seguir las noticias ni ninguna otra cosa. He venido a la oficina de la Media Luna Roja para cargar mi móvil, por eso estoy aquí».
«Aquí todo está paralizado», lamenta **Ahmed Kallab. «**No hay nada que pueda ayudarnos. Lo mínimo que podemos tener es poder cargar nuestros móviles, vivir un poco. Queremos vivir».
Además de proporcionar asistencia sanitaria vital y refugio contra los ataques aéreos, los hospitales de Gaza tienen ahora otra función indispensable: permitir a la gente obtener información y, por supuesto, comunicarse con sus seres queridos.