2022 fue un año récord en el que se duplicaron las muertes de salmones.
Desde el pasado mes de marzo, las aguas de Escocia se han visto asoladas por una ola de calor marino sin precedentes, de Categoría 4. Un acontecimiento insólito que ha provocado una mortalidad marina masiva.
En algunas de las granjas de salmón de Escocia, este asombroso aumento de temperatura ha dado lugar a un mayor riesgo de infestaciones de piojos de mar. Una investigación reciente descubrió pruebas alarmantes en cinco granjas, donde se observaron peces cubiertos de estos parásitos invasores.
«Las olas de calor marinas son cada vez más frecuentes, lo que crea este reservorio óptimo para la reproducción (de piojos de mar)», explica la jefa de Investigaciones de Viva!, Lex Rigby. «A menudo les gusta reproducirse desenfrenadamente. Y estos son los parásitos que se comen la piel, las mucosas y la sangre del salmón, y pueden expandirse al medio ambiente por millones».
Los piojos de mar, que suelen encontrarse en bajas densidades en la naturaleza, se han convertido en una preocupación creciente. Un factor agravante es el aumento de la temperatura del mar.
2022 fue un año récord en el que se duplicaron las muertes de salmones. Este año, el panorama es aún más sombrío. Ya se ha informado de la alarmante cifra de 8,9 millones de peces muertos en las piscifactorías de salmón en 2023.
Con la cría de salmón vista en su momento como una solución potencial para ayudar a las poblaciones salvajes a reponerse, los piojos de mar se extienden ahora de las granjas a los espacios naturales, haciendo la vida más difícil para el salmón salvaje.
«La cría de salmón se veía en su día como una especie de salvación», reconoce el director de Klere, John Rowley-Conwy. «Sin embargo, a medida que se desvelan las complejidades, asistimos a un declive continuo tanto del número como del tamaño del salmón salvaje. Es verdaderamente trágico».
Demasiada temperatura
Por supuesto, la industria del salmón recuerda que su prioridad no es otra que el bienestar de los peces, destacando su dedicación al uso de la tecnología y la innovación para gestionar el problema de los piojos de mar y otros desafíos.
Al igual que ha sucedido con las medusas, que prosperan en aguas más cálidas y atacan al salmón, o con las floraciones de plancton, que asfixian y matan a los peces, en toda Europa y en todo el mundo el aumento de la temperatura del mar en 2023 ha puesto a prueba los ecosistemas marinos y la acuicultura.
«Cualquier aumento repentino de la temperatura que vaya más allá de lo que los animales están acostumbrados a soportar, supone un estrés adicional, hasta el punto de que pueden morir», recuerda la modeladora de ecosistemas del Laboratorio Marino de Plymouth, Sevrine Sailley. «Podríamos asistir a una mortalidad masiva de la acuicultura ya sean peces o mariscos».
El 25 % de los salmones de piscifactoría han perecido este año y, aunque se están estudiando soluciones innovadoras, el desafío mundial que supone el aumento de la temperatura del mar seguirá afectando tanto a quienes se dedican a la cría y la pesca como a la vida marina que supervisan.
