Taranta Valley in Majella UNESCO Global Geopark
© Enigma Cesare Iacovone
Mientras que el mundo entra en el segundo año de una crisis sanitaria mundial, el Día Internacional de la Madre Tierra, celebrado cada 22 de abril, viene a recordar cómo la humanidad está profundamente conectada con su hogar común, el Planeta Tierra. Aunque nuestros esfuerzos inmediatos deben seguir centrándose en hacer frente a la pandemia, aprovechamos esta oportunidad para concientizar a los ciudadanos sobre el papel que desempeña la humanidad en el sistema terrestre y sobre cómo las acciones colectivas pueden repercutir en cada uno de nosotros.
Sólo hay un Planeta Tierra, y no un planeta para la naturaleza y otro para los seres humanos. Sin embargo, parece que nuestro mundo es tratado como un telón de fondo en la vida de la mayoría de las personas, aunque todo lo que usemos y comamos haya sido extraído o cultivado del/en el mismo. En busca de las materias primas para crear estos elementos y sostener nuestros medios de vida, haciendo uso de nuestras inigualables capacidades intelectuales, los humanos han ejercido un marcado dominio sobre el planeta, transformándolo de tal manera que la humanidad es ahora ampliamente reconocida como la fuerza dominante de cambio; justificando a juicio de muchos investigadores la denominación de nuestra propia época, el Antropoceno.
A pesar de ello, aún estamos a tiempo de reorientar nuestras sociedades, mentalidades y economías hacia la sostenibilidad, buscando conciliar el mundo natural con perspectivas económicas viables.
El tema central del Día Internacional de la Madre Tierra del 2021 – Restaurar nuestra Tierra – resuena bien con la estrategia interdisciplinaria de la UNESCO para la biodiversidad basada en tres pilares: restaurar la relación entre los seres humanos y la naturaleza y regenerar los ecosistemas; conservar la armonía de nuestros ecosistemas; e incrementar el poder de los jóvenes.
La labor de la UNESCO se enmarca en salvaguardar la diversidad biológica y geológica, así como la diversidad de cosmovisiones, prácticas sociales, expresiones culturales, lenguas y sistemas de conocimiento de las comunidades respetuosas con lo vivo.
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Debido a su mandato transdisciplinario, la UNESCO promueve los vínculos entre la naturaleza y la cultura, y considera que el valor intrínseco y la importancia de los ecosistemas para nuestra identidad, patrimonio y bienestar podrían ser reconocidos de manera holística en las actuales metas post 2020 relacionadas con la biodiversidad.
Es hora de reinventar nuestra forma de vivir con la naturaleza, de protegerla y respetarla, y de tener formas más sostenibles de desarrollo y actividades económicas. Y esta es precisamente la razón por la que se creó el Programa sobre el Hombre y la Biosfera hace 50 años.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO
La columna vertebral de esta estrategia son los sitios designados por la UNESCO que en su conjunto cubren el 6% de la masa terrestre: los 252 sitios del Patrimonio Mundial naturales, las 714 reservas de biósfera y los 169 Geoparques mundiales de la UNESCO son lugares de una diversidad biológica y geológica única, donde se intenta encontrar tal equilibrio.
Debemos asumir una responsabilidad colectiva y promover una mayor armonía con el planeta, así como trabajar para lograr un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y medioambientales de las generaciones presentes y futuras. Un equilibrio que funcione tanto para las personas como para el Planeta Tierra.
Fuente:https://www.unesco.org/es/articles/dia-de-la-tierra-reconciliar-al-100-de-los-seres-humanos-con-la-naturaleza
