Por Laura Llach & Johan Bodinier
Publicado 03/08/2023 – 12:00
Mientras los incendios asolan Europa un verano más, ¿qué ha sido de los pueblos que el año pasado vieron sus montes reducidos a cenizas?
Se cumplían diez años del incendio que arrasó el municipio de Bejís, al este de España, cuando la catástrofe volvió a ocurrir.
El verano pasado el país del sur de Europa encadenaba olas de calor y el monte estaba muy seco, algo que tenía preocupados a los vecinos de Bejís.
Fue el 15 de agosto cuando estalló un incendio en uno de los pueblos cercanos a este municipio de unos 373 habitantes.
“El aire era muy caliente así que por la noche se volvió incontrolable. Parecía que le habían echado más fuego al fuego”, cuenta a Euronews María José Madrid, alcaldesa de Bejís.
Todos los vecinos seguían con atención el avance del incendio, hasta que vieron una lengua de fuego avanzando directamente hacia ellos.
“Venía a una velocidad increíble hacia el pueblo así que inmediatamente ordenaron la evacuación. Ese fue el momento más duro, ver salir a la gente sin saber si quedaría algo cuando volviésemos. Era una sensación de indefensión ante la situación”, añade.
Un residente observa el avance de las llamas durante un incendio forestal en el noroeste de EspañaEmilio Fraile/Copyright 2022 The AP. All rights reserved
En total, 15.000 personas – tanto de Bejís como de los pueblos colindantes – fueron evacuadas, 20.000 hectáreas de tierra se quemaron y el incendio tardó un mes en extinguirse.
Casi un año después la carretera de camino al pueblo muestra un panorama desolador. Kilómetros de montaña reducidos a cenizas e hileras de esqueletos negros que antes eran pinos.
Las primeras ayudas para paliar los daños producidos, resarcir a la gente por las pérdidas y reconstruir todo lo que se quemó acaban de llegar.
Un millón doscientos mil euros que ha puesto el gobierno regional valenciano. Del Gobierno central no han podido solicitar nada ya que de lo que recibiesen tendrían que acabar devolviendo una parte y desde el Ayuntamiento aseguran que el pueblo no se lo puede permitir.
A pesar de que las ayudas han sido muy necesarias, “nunca serán suficientes», ya que la evaluación de daños muestra grandes pérdidas.
Para los vecinos, las ayudas han llegado tarde ya que desde el Ayuntamiento se encontraban desbordados. “No podíamos hacer frente a todas las demandas, somos un pueblo pequeño, solo tenemos dos administrativos”, asegura la alcaldesa.
Vecinos observan un incendio forestal cerca de Puntagorda, en la isla canaria de La PalmaAP
¿Qué lecciones se han aprendido un año después?
El incendio, que fue provocado por un rayo, era “imposible de prevenir”, pero sí se podría haber evitado la virulencia del fuego.
“El monte estaba muy sucio, además se plantaron pinos muy cerca los unos de los otros lo cual hacía que fuese imposible de limpiar”, señala la alcaldesa.
Ante la falta de medios, Ángel junto a otros vecinos del pueblo, crearon una asociación llamada Oriwa que se encarga de limpiar el monte tras el incendio.
“A la hora de la verdad estamos solos, en la administración es todo muy lento”, cuenta a Euronews el vecino de Bejís.
“Si no estuviésemos nosotros, no se encargaría nadie. El gobierno regional se ha encargado de las cosas más urgentes, como cortar, talar y preparar las zonas donde hay tránsito de gente”, añade.
Los vecinos, como Ángel, intentan llegar donde las instituciones no pueden para que no tengan que volver a ver la brutalidad de las llamas consumir sus tierras.
Poco a poco se habla más de los megaincendios, “cada vez son más fuertes, más potentes”.
Fuentes del gobierno regional valenciano aseguran que es el nuevo desafío: “Nos enfrentamos a un fenómeno que se ha convertido en uno de los mayores problemas ambientales que sufren nuestros montes debido a su elevada frecuencia e intensidad”.
Señalan que el motivo son las olas de calor, la sequía y el éxodo en las zonas rurales.
Pero la gran pregunta es: qué se ha hecho para proteger los montes tras los incendios, lo único que aseguran tanto el gobierno regional como el local es que sigue siendo un “gran reto”.
Un vecino intenta reducir las llamas del incendio forestal en el noroeste de España con una palaBernat Armangue/AP
Francia: las secuelas de los incendios más devastadores
«Se quemaron 135 hectáreas del terreno que poseo».
Nathalie Morlot se vio afectada por los mayores incendios forestales registrados en Francia en los últimos 30 años, cuando su municipio fue pasto de las llamas.
Al igual que España, en Francia, las fuerzas se enfrentaron a un verano catastrófico en 2022.
Más de 27 000 hectáreas ardieron durante todo el verano en el suroeste, y un total de 36 750 residentes fueron evacuados, mientras la región y sus habitantes siguen paralizados por el miedo a que vuelva a ocurrir.
«Algunos de los pinos de esas zonas fueron plantados hace 60 años por mis abuelos; ahora, no queda nada de ellos», cuenta Nathalie a Euronews.
Bomberos utilizan una manguera para extinguir un incendio cerca de Le Luc, en el sur de FranciaDaniel Cole/AP
Después de que los incendios quemaran parte de su finca familiar, Nathalie se encontró desmoralizada, con unas pérdidas estimadas en unos 800 000 euros.
Aunque su seguro compensó 135 000 euros de las pérdidas, dice que lo peor es saber que las tierras que ahora se reforestarán sólo beneficiarán potencialmente a sus nietos.
Se ha destinado un presupuesto de 7,6 millones de euros a mejorar las pistas y las redes de acequias, y a instalar cámaras de vigilancia: pero reforestar paisajes carbonizados llevará tiempo.
«Se necesitan dos generaciones para que un bosque se regenere. Y eso si no se producen más incendios en los próximos 10 años», afirma Philippe Barbédienne, asesor de SEPANSO, asociación encargada de la protección y el desarrollo de la naturaleza en la región.
En su opinión, transcurre demasiado tiempo entre los debates del Gobierno y el momento en el que las medidas llegan a los ciudadanos, lo que aumenta las posibilidades de que se produzcan nuevos incendios.
«Estamos hartos»
«Un año después, estamos hartos. Hemos tenido que gestionar la crisis y sus consecuencias nosotros solos», afirma Anna, vecina de la Teste-de-Buch.
Los vecinos están descontentos con el trato que la política nacional y regional ha dado a su región, Nouvelle-Aquitaine, tras los devastadores incendios forestales. El Presidente Macron se comprometió el año pasado a reforestar, pero para cumplir con las recomendaciones de seguridad, esto no comenzará hasta finales de 2024.
Para Nathalie, lo más urgente en lo que deben trabajar las autoridades es la prevención.
Un residente de la Teste-de-Buch, caminando por un bosque cercano quemado por el fuego.Euronews
«Como lugareños, nos preocupamos mucho por nuestra región, pero vemos que los turistas no tienen necesariamente la misma actitud», dice Anna.
«Después de los incendios había normas que todos los habitantes cumplían. Pero en cuanto los turistas empezaron a acudir en masa a la región, todas las medidas de seguridad parecieron desvanecerse», añade.
Los residentes locales, dice, eran una consideración secundaria, ya que los turistas son una gran fuente de ingresos para la región.
«En cuanto llegaron los turistas, las autoridades cerraron los ojos ante las normas de seguridad».
https://es.euronews.com/2023/08/03/estamos-solos-que-ha-sido-de-los-pueblos-devastados-por-las-llamas-el-verano-pasado