La colocación del Bonar 2029N, la necesidad de reservas y la continuidad del cepo aparecen como desafíos centrales para reducir el riesgo país y recuperar el acceso al financiamiento internacional

El feriado del lunes volvió imposible adivinar si el mercado comparte el optimismo de las principales consultoras sobre el nuevo Bonar 2029N en dólares, que se subastará mañana con un cupón del 6,5 por ciento anual, vencimiento en noviembre de 2029.
.La expectativa de una baja en las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos añade un factor favorable. Hoy comienza la reunión de dos días del Comité de Mercado Abierto, encargado de definir la política monetaria.
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Por otro lado, la reducción de tasas promueve la suba de los bonos del Tesoro Norteamericano y la baja en su rendimiento que está en 4,17 por ciento. Este movimiento resulta de una mayor demanda de títulos ante la perspectiva de mejores retornos si bajan las tasas de referencia.
Permanecer en el mercado internacional y aprovechar menor costo de financiamiento resulta inviable bajo un esquema de cepo cambiario. A su vez, La mayor demanda de divisas podría exigir un tipo de cambio más alto, que tendría impacto limitado en precios por el menor consumo, ya que la reactivación todavía no se percibe plenamente.
