Un nuevo análisis del instrumento espacial aportó la evidencia más cercana de la misteriosa sustancia que domina el cosmos, aunque la confirmación todavía requiere más pruebas

La materia oscura permaneció en el terreno de lo intangible durante un siglo, se habló de su influencia, se midieron efectos atribuidos a su presencia y se construyeron teorías para explicar por qué el universo visible no cuenta toda la historia. Sin embargo, nada permitió verla de manera directa.
El profesor de la Universidad de Tokio analizó datos del Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi de la NASA y afirmó detectar un patrón de energía que coincide con lo que se esperaba de la aniquilación de partículas teóricas de materia oscura.
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La idea de que una sustancia invisible sostiene la arquitectura cósmica nació en la década de 1930, cuando el astrónomo suizo Fritz Zwicky observó que algunas galaxias se movían a velocidades incompatibles con la masa visible que poseían.
La única explicación posible fue aceptar la presencia de un componente desconocido que ejercía una fuerza gravitacional adicional.
Desde entonces los astrofísicos convivieron con un universo en el que solo el 5 por ciento está compuesto por materia ordinaria. El resto permanece en la categoría de lo incierto: cerca de un 68 por ciento se atribuye a la energía oscura y alrededor del 27 ciento correspondería a la materia oscura. Ninguna de las dos resulta directamente detectable a través de la luz.
