La vida cotidiana de las gemelas mexicanas se ve marcada por la presión de rumores, comentarios invasivos y la búsqueda de autenticidad en medio de la atención pública

Las gemelas siamesas Carmen y Lupita Andrade nacidas en México y residentes en Connecticut, volvieron a captar la atención pública tras el reciente matrimonio de Carmen con Daniel McCormack. Durante su vida, lograron superar pronósticos médicos adversos y mantienen una presencia activa en redes sociales, pero la pareja y su entorno deben afrontar una oleada de preguntas invasivas y rumores sobre su intimidad y su situación económica.
Desde su nacimiento, Carmen y Lupita desafiaron las expectativas de los especialistas. Unidas por el torso, comparten costillas y partes de los sistemas circulatorio, digestivo y reproductivo, aunque cada una posee su propio corazón, pulmones y estómago. Los médicos nunca consideraron viable una separación quirúrgica debido al alto riesgo de muerte o daño neurológico severo; por ello, ambas decidieron permanecer unidas. Esta elección marcó el comienzo de una vida caracterizada por la constante exposición pública y la curiosidad ajena.
El matrimonio de Carmen con Daniel McCormack, celebrado en octubre de 2024 en el Lover’s Leap Bridge de New Milford, Connecticut, multiplicó el interés social y mediático. La noticia, anunciada por la propia Carmen en julio de 2024 a través de un video en YouTube, generó una avalancha de especulaciones sobre la dinámica familiar y la vida privada de las hermanas. En ese video, Carmen aclaró firmemente que la unión fue exclusivamente entre ella y Daniel, y que Lupita, quien se identifica como asexual, no tiene interés en casarse.
La reacción del público trascendió la mera celebración del enlace. Según Daily Mail, tanto Carmen como Daniel tuvieron que responder a preguntas sobre su vida sexual y la convivencia con Lupita. Carmen expresó su incomodidad por la insistencia de algunos seguidores: «No entiendo por qué la gente necesita saber sobre mis partes íntimas para humanizarnos». McCormack añadió: «La gente está obsesionada con el sexo, ¿sabes? Y, francamente, no es asunto de nadie».
