El neozelandés se había convertido en un activista que buscaba mejorar los protocolos para cuidar a los jugadores. Se había retirado del rugby en 2018 por los problemas de salud

El ex jugador neozelandés de rugby Shane Christie, de 39 años, fue encontrado sin vida en su domicilio de Nelson, según confirmaron autoridades locales. Christie había dedicado los últimos años de su vida a promover la investigación sobre los efectos de la conmoción cerebral y su posible vínculo con trastornos cerebrales degenerativos, tras experimentar en carne propia los síntomas severos derivados de los golpes sufridos durante su carrera profesional.
Christie sospechaba estar afectado por encefalopatía traumática crónica (ETC), una patología neurodegenerativa asociada a traumas craneales repetidos y ampliamente documentada en el fútbol americano estadounidense.
Christie asumió un rol público en defensa del bienestar de los jugadores, impulsando cambios en el abordaje de las lesiones cerebrales dentro del rugby profesional. Su compromiso creció luego de la muerte de su amigo y ex compañero Billy Guyton en 2023, convertido en el primer rugbier de Nueva Zelanda en recibir un diagnóstico póstumo de ETC.
La relación entre la conmoción cerebral y la salud mental de los deportistas de deportes de contacto se instaló en la agenda del rugby y otras disciplinas a partir de la evidencia creciente sobre síntomas como ansiedad, alteraciones de conducta y deterioro cognitivo prematuro entre exjugadores expuestos a traumatismos craneales recurrentes
