Los montos actualizados reflejan incrementos que impactan el ingreso final, mientras persisten limitaciones en los beneficios adicionales aplicados desde meses anteriores.

El monto de las jubilaciones y pensiones del sistema argentino experimenta en septiembre de 2025 un cambio relevante de acuerdo a la reciente actualización aplicada por la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). El organismo determinó un ajuste del 1,90% para estos haberes, en respuesta al índice de inflación registrado durante el mes de julio. De esta manera, el haber mínimo mensual asciende a $320.277,18, y a este monto se le suma un bono extraordinario de $70.000, que permanece sin modificación. El total para quienes perciben el haber mínimo se fija así en $390.277,18.
El índice inflacionario que motorizó esta revisión registró un alza del 1,9% para el mes de julio y, en el último año, acumuló un avance de 366%. Esta dinámica inflacionaria ejerce presión sobre la capacidad de compra de los adultos mayores y quienes reciben prestaciones previsionales, razón por la cual la actualización regular de los haberes adquiere relevancia en el contexto socioeconómico.
El bono extraordinario de $70.000 fue implementado con el objetivo de reforzar el poder adquisitivo de quienes perciben los haberes más bajos, según el esquema oficial vigente desde meses anteriores. La política actual determina que este extra se acredita automáticamente al mismo tiempo que el pago habitual de la prestación y busca compensar, parcialmente, los efectos de la inflación y la pérdida de poder de compra.
Para quienes reciben una suma superior a la mínima, el bono se otorga en forma proporcional hasta alcanzar el tope de $390.277,18. A partir de esa cifra, el adicionales deja de ser adjudicado y el beneficiario percibe solo su haber regular.
A diferencia del índice de movilidad, que varía según la inflación y se ajusta cada mes bajo el nuevo régimen, el bono de $70.000 permanece congelado desde marzo de 2024. La decisión de no actualizar ese monto incide en la suma final que perciben los jubilados y pensionados. Si bien los haberes experimentan subas en línea con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), la falta de ajustes en el bono restringe el efecto compensador sobre la inflación.
