La prédica que se dio ayer por el día de San Cayetano del arzobispo Jorge García Cuerva se sumó a una larga lista de gestos contra decisiones y actitudes del oficialismo. Sin mencionar a Milei, apuntan al impacto social y político de la gestión libertaria.

El sermón que dio ayer el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, en el día de San Cayetano condensó como pocas veces las profundas y contundentes críticas que viene haciendo la Iglesia Católica contra el Gobierno. Fue un discurso pastoral, pero sobre todo político, respecto del impacto social y económico de las decisiones y actitudes del Ejecutivo.
Sin mencionar a Javier Milei, pero con un estilo más directo que en otras expresiones públicas de los obispos, la homilía se refirió a los jubilados, los discapacitados, desocupados y excluidos, un amplio universo afectado por las medidas de la Casa Rosada
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Son todas críticas que se vienen expresando por distintas vías desde que se inició la actual gestión y que muestran a la Iglesia Católica en una vereda opuesta. Es una rivalidad que no llega a expresarse de una manera ruidosa, pero que aparece de manera constante.
García Cuerva afirmó que «Somos custodios y guardianes de los más pobres, de los más débiles, de los ancianos que siguen esperando una jubilación digna. Somos custodios de los discapacitados y los enfermos; no podemos desentendernos de los que sufren, de los que revuelven los tachos de basura buscando algo para comer. Y no lo hacen porque les gusta”.
