Especialistas de diferentes lugares del mundo recomiendan priorizar el ejercicio, el control del peso y los hábitos saludables como estrategias efectivas para preservar la función hormonal.
a creencia de que ciertos alimentos o suplementos pueden potenciar la testosterona o mejorar la función sexual masculina ganó popularidad en las redes sociales, donde miles de personas buscan a diario “alimentos para la erección” o “vitaminas para aumentar la testosterona”.
El mito de los “superalimentos” para la virilidad se nutrió de estereotipos y leyendas urbanas. Desde la supuesta potencia de la carne roja hasta la fama de las ostras, el chocolate o la canela como afrodisíacos, la cultura popular vinculó ciertos productos con la masculinidad y el deseo sexual.
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Eduard Baladia, coordinador del Área de Gestión del Conocimiento Científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética, señaló que “la dieta influye de forma indirecta en la producción de testosterona y en la función sexual masculina, pero no como muchos esperan”.
Según Baladia, la influencia de la alimentación se da a través del control del peso corporal y la salud cardiometabólica, no por el consumo de alimentos específicos.
La testosterona es una hormona sexual que pertenece al grupo de los andrógenos y está presente en hombres y mujeres, aunque en concentraciones mucho mayores en los primeros. En los hombres, se produce principalmente en los testículos, mientras que en las mujeres, en los ovarios y las glándulas suprarrenales.
«Esta hormona resulta esencial para el desarrollo de los órganos sexuales masculinos, la producción de esperma, la libido y las erecciones. Además, en ambos sexos, la testosterona contribuye al mantenimiento de la masa muscular y ósea, la distribución de la grasa corporal y la regulación del estado de ánimo y la función cognitiva», según la Escuela de Medicina de Harvard.

