La modelo expresó su alegría en redes sociales y vinculó el nombramiento de León XIV con su hija, Matilda

Después de muchas expectativas, este martes, el mundo conoció al nuevo Papa que sucederá a Francisco, que decidió llamarse León XIV. La noticia no solo fue festejada en Roma, sino que se extendió a diversos países. Una de las figuras argentinas que expresó su felicidad fue Luciana Salazar, quien se manifestó en sus redes sociales con un particular mensaje y vinculó el nombramiento de Robert Prevost con su hija Matilda.
Una vez que salió una densa columna de humo blanco por la chimenea de la Capilla Sixtina, indicaba que los cardenales reunidos en el cónclave habían elegido un nuevo Papa, el nuevo pontífice apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro. Se trataba de Prevost, que si bien nació en la ciudad de Chicago, en los Estados Unidos, también tiene la nacionalidad peruana, que obtuvo en 2015 tras pasar gran parte de su vida religiosa en ese país.
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Salazar cuando se enteró de la noticia de un nuevo Papa, escribió en sus redes sociales «feliz por mi hija» junto a emojis de aplausos y una bandera de Estados Unidos y otra del Vaticano. Rápidamente, su publicación generó todo tipo de intercambio con sus seguidores. Como si fuera poco, minutos después Luciana compartió una particular imagen de Donald Trump donde el mandatario aparecía vestido con la indumentaria del Papa junto a esta imagen la modelo escribió: «Él ya lo sabía».

El vínculo del que habla la vedette radicó en que su hija, al igual que el nuevo Papa, nació en Estados Unidos. La pequeña Matilda llegó al mundo a mediados de diciembre de 2017 en Sarasota, Miami. La niña, que tuvo un peso de más de 4 kilos, nació a través de la subrogación de vientre.
Por otro lado, Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump afirmó que «este es un momento de profunda importancia para la Iglesia Católica, que ofrece renovada esperanza y continuidad en medio del Año Jubilar de 2025 a más de mil millones de fieles en todo el mundo. El papado conlleva una responsabilidad sagrada y solemne».
