Los empleados se encontraron con insumos y materia prima embalados, sospechando un vaciamiento, y tomaron la fábrica en una medida desesperada. Ante esto, Cronica.com dialogó con una de las trabajadoras atrincheradas, quien relató la incertidumbre y la lucha por sus derechos: «Yo tengo hijas, tengo un nieto a cargo, quiero respuesta y mi lugar de trabajo».
Cierre de Textilcom: los trabajadores ocupan la fábrica en señal de protesta
La fábrica textil Textilcom, con plantas en Catamarca y La Rioja, confirmó este martes el cierre de su planta ubicada en el parque industrial El Pantanillo, en la capital catamarqueña. Esta medida deja sin trabajo a 134 empleados, quienes deberán negociar sus indemnizaciones correspondientes en las próximas semanas.
Después de meses de conflictos salariales, la empresa había anunciado la semana pasada una suspensión de actividades hasta el 22 de mayo. Sin embargo, este martes, cuando los trabajadores se presentaron en la planta, encontraron los insumos y maquinarias embalados, lo que provocó sospechas de un posible vaciamiento y llevó a una toma de la fábrica como medida desesperada de protesta.
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Los empleados argumentaron que la decisión de cerrar la empresa se tomó sin previo aviso y que la patronal incurrió en repetidos incumplimientos en el pago de salarios. Con la medida buscan asegurar que recibirán las indemnizaciones correspondientes y evitar que la empresa desmantele sus instalaciones sin cumplir con sus obligaciones laborales.
El gerente de la fábrica textil, Jorge Roldán, explicó que «la empresa está cerrando por falta de los pedidos de los clientes. Lamentablemente, la falta de venta nos está matando, y este es el resultado de la economía actual del país».
«Acompañamos la decisión de toma que están llevando adelante, entendiendo que es una medida totalmente lícita de las luchas de los trabajadores que deja en evidencia el silencio sindical, y la necesidad de un paro de actividades en todas las textiles de la provincia en solidaridad con los despedidos», afirmaron desde el Partido Obrero en un comunicado.
La voz de una de las trabajadoras
Cronica.com dialogó con Luz Marcela Paola Cardoso, una de las empleadas atrincheradas en la fábrica, quien trabajaba en Textilcom hacía un año y medio.
«A nosotros nos están adeudando parte del sueldo. En cierto momento, como una semana atrás, tuvimos que entrar en paro por la razón de que no nos efectuaban el pago del sueldo. Se llegó a un tipo de acuerdo con el gerente, el representante del gremio y una parte del gobierno, que estipulaba que el sueldo iba a ser pagado en tres partes: el primer viernes del mes, segundo viernes del mes y tercer viernes del mes», explicó Luz Marcela, quien operaba máquinas Overlock y Collareta.
Sin embargo, explicó que el acuerdo no se cumplió y que, al presentarse a trabjar el día lunes, el delegado les notificó de que, «tanto el día lunes como el día martes, no iba a haber novedades sobre el pago que nos correspondía» y que «ellos nos hacían un permiso extraordinario, en el cual se estipulaba de que nosotros nos retirábamos del establecimiento para volver a trabajar el día miércoles 22 del corriente mes».
«Llegó el día martes. A la media mañana le avisan a uno de mis compañeros de que veían movimientos raros acá en la fábrica, la cual tendría que estar sellada ¿Qué hicieron mis compañeros? Vinieron acá a la fábrica a ver qué pasaba, el portón estaba sellado, no nos dejaban entrar, pero se sentía ruido adentro, por lo que nos convocaron a todos y vinimos con mis compañeros a hacernos presentes y logramos entrar», continuó la operaria en diálogo con este medio.
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Lo cierto es que, cuando ingresaron, vieron como los superiores de la fábrica, los jefes de producción y de control de calidad, estaban «atrincherados» dentro. «Había bolsas de las prendas que nosotros estábamos confeccionando, ya empaquetadas, para mandar a Buenos Aires. O sea, estaban desmantelando la fábrica, todas las máquinas estaban vacías, les sacaron todo, hasta los hilos, todos tenían empaquetado», describió Cardoso.
La operaria aseguró que, «desde ese momento, estamos acá atrincherados», y agregó: «Anoche mis compañeros durmieron en el piso, una noche heladísima acá en Catamarca, pero acá están todos unidos. Nosotros estamos peleando por nuestro trabajo, por nuestro lugar de trabajo».
«Me dolió el alma, porque es mi trabajo, a mí me costó ingresar a esta fábrica y lo hice con mucho sacrificio, soy una mujer que tiene 46 años, para nosotras las mujeres grandes, que son muchas las que están acá en la fábrica, es difícil conseguir laburo. Yo al puesto que tengo, yo me lo gané, me lo gané a pulso, así como también aprendí mucho a la par de mis compañeras. Me dolió en el alma y hasta el momento no lo puedo creer, que nos hayan tratado de esta forma, porque nosotros había días que veníamos hasta los días sábados, a veces nos pagaban las horas extras y a veces no», expresó Cardoso.
Y agregó: «No reconocen el esfuerzo nuestro, el esfuerzo de muchas mamás que dejaban sus hijitos para venir a laburar, para llevar el pan a la mesa, porque son cabeza de familia ellas, yo me incluyo. Yo tengo hijas, tengo un nieto a cargo, yo quiero respuesta, yo quiero mi lugar de trabajo, que me devuelvan mi trabajo, lo que nos deben, pero nosotros estamos acá peleando por nuestro lugar de laburo, que nosotros lo merecemos y que es nuestro».
Hasta esta la mañana, los trabajadores no habían recibido ninguna respuesta, ni del gobierno, ni del dueño, pero cerca de las 12 se hicieron presentes empleados del correo para entregar las cartas de despido a los, aproximadamente, 100 operarios que están en la planta.
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