Israel insiste en participar en la inspecciones de los cargamentos para impedir el envío de armas a Hamás y también quiere prohibir el suministro de combustible, vital para los hospitales según las organizaciones humanitarias.
El paso fronterizo de Rafah, que conecta Egipto con la Franja de Gaza, abrió este domingo por segundo día consecutivo para permitir la entrada de 17 camiones de ayuda humanitaria, informaron medios locales.
Una ayuda proporcionada con ‘cuenta gotas’ mientras casi 200 camiones siguen esperando en la frontera entre Egipto y Gaza, la única que no controla Israel, para poder entrar en la Franja.
Veinte vehículos pudieron pasar ayer sábado con alimentos, agua y medicamentos antes de que se volviese a cerrar el paso fronterizo de Rafah hasta este domingo por la tarde.
https://x.com/TomWhiteGaza/status/1715790192970281078?s=20
Una ayuda insuficiente para los más de dos millones de habitantes de Gaza, que antes de la operación de Israel contra Hamás ya dependían de suministros externos. Así lo denuncio la ONG Médicos Sin Fronteras, MSF, en la red X (antes Twitter).
https://x.com/MSF_Espana/status/1715756922559676497?s=20
El número de camiones que se han autorizado para llevar ayuda a #Gaza, a través del cruce de #Rafah, es totalmente insuficiente en comparación a las necesidades desesperadas de la población, que ha estado bajo completo asedio y bombardeos implacables durante dos semanas
En el mismo sentido, se pronunció, Mahmud Hamad, funcionario del Ministerio de Sanidad de Gaza.
«Lo que ha llegado es algo muy muy sencillo y pequeño, sólo uno o dos camiones que tienen suministros médicos específicos. Ahora mismo no sabemos qué variedad de suministros hay y cuál es su calidad. Ahora mismo estamos en coordinación con la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNWRA, que distribuirá estos suministros a todas las unidades del ministerio de sanidad que los necesiten para casos de emergencia.»
Unas reclamaciones a las que se suma la Oficina de Coordinación para Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), que afirmó hoy que esta ayuda no es suficiente para los palestinos de Gaza, donde viven 2,3 millones de personas, de las que 1,4 millones son desplazados internos por los bombardeos de Israel en la parte norte de la Franja.
El número de desplazados internos por las hostilidades se mantiene en 1,4 millones, casi dos tercios del total de población de Gaza: según Naciones Unidas, unos 566 000 se alojan en refugios gestionados por la propia ONU, y otros 700 000 en casas de familiares.
Israel insiste en participar en las inspecciones de los cargamentos, para impedir el envío de armas a Hamás.
También quiere prohibir el suministro de combustible; mientras las organizaciones humanitarias destacan que el combustible es vital para los hospitales y para obtener agua potable.
«Es fundamental que se permita la entrada de combustible a Gaza, ya que es esencial para el funcionamiento de los hospitales y para obtener agua potable», pidió también MSF, de la misma manera que remarcó que «es vital que se entregue más ayuda a Gaza de forma regular».
Un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU destaca que la entrada este sábado de ayuda humanitaria a Gaza desde el paso de Rafah, en la frontera con Egipto, representa apenas el 4 % de lo recibido por éste en una jornada normal y calcula que se necesitan, al menos, 100 camiones diarios de suministros.
La ONU advierte de brotes de sarna, varicela y diarrea
Servicios sanitarios en la franja de Gaza, asediada desde hace dos semanas por Israel, han detectado, además, casos de varicela, sarna y diarrea causados por las malas condiciones higiénicas y el consumo de agua de fuentes insalubres, advirtió este domingo la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
En su informe diario sobre la situación en Gaza, Naciones Unidas expresa su temor a que estos casos aumenten a menos que regrese la electricidad a la franja, cortada completamente por Israel desde hace 11 días, o pueda llegar más combustible para alimentar generadores.
El informe alerta que algunos palestinos se ven obligados a consumir agua salada procedente de pozos de uso agrícola, lo que podría causar brotes de cólera y supone riesgos para la salud tales como un posible aumento de los niveles de hipertensión,
La Organización Mundial de la Salud (OMS) denuncia, por otra parte, 62 ataques en instalaciones sanitarias, y eleva el número de hospitales que han tenido que detener sus operaciones a siete.
Según el informe, las fuerzas israelíes han ordenado la evacuación de los 17 hospitales que aún operan en la ciudad de Gaza (capital de la franja homónima), así como uno en Rafah, pero éstos no han acatado la orden al considerar que ello puede poner en peligro la vida de algunos pacientes.
La situación humanitaria en Gaza es ahora «catastrófica», advirtieron el sábado cinco agencias de la ONU, asegurando que los hospitales están «desbordados» de heridos y que los niños «mueren a un ritmo alarmante».
Sometida a un férreo bloqueo israelí por tierra, aire y mar desde que Hamas tomó el poder en 2007 tras ganar las elecciones parlamentarias en 2006, la Franja de Gaza se encuentra en estado de «asedio total» desde el mortal ataque del grupo yihadista del pasado 9 de octubre en el sur del estado judío, que ha cortado el suministro de agua, electricidad y alimentos.
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